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domingo, 27 de octubre de 2013

'Así recordaba mi padre a mi abuelo.'


CANTO A LA MUERTE DE UN CAMPESINO

Madrugada, casi de noche;
como el que busca fortuna,
él cavaba y cavaba
alumbrado por la luna.

Torbellino de ilusiones
abriendo el surco sembraba
¡Cuánto amor pá aquellas plantas!
¡Con qué sudor las regaba!

De su trabajo hizo un culto,
un rito de su cantar,
de la esperanza su fé
y de los frutos su altar.

Muerto el campesino viejo
se rompe la tradición
harta de tanta fortuna
y para honrar su gloria
colgado está el azadón
como espejo de la luna.

Víctor Paredes Jiménez

Me encantó encontrarlo rebuscando por la biblioteca de casa y quería compartirlo.
Descansen en paz.




domingo, 1 de abril de 2012

'De tapones de plástico y colmillos afilados.'

No puedo negar que desde mi infancia siempre me han apasionado las distintas expresiones artísticas del mundo vampírico ya fueran cinematográficas o literarias. Desde ‘El pequeño vampiro.’ a la reciente saga de Crepúsculo o quizá a la bastante más entretenida serie de novelas de Charlaine Harris .
En cualquier  caso una de las facetas que más me apasionaba de estos diabólicos seres era que no podían entrar a tu hogar sin una invitación previa por tu parte , o lo que es lo mísmo, sin tu palabra.
Tengo la enorme suerte de haberme criado en un pequeño pueblo en medio de Campo de Cartagena de apenas unos cinco mil habitantes, y haber vivido los últimos momentos de  vidas de allegados y vecinos para los cuales su palabra estaba por encima de cualquier escrito, desde comprometerse para cualquier acto social a la compra de su futuro domicilio o cualquier finca o terreno rústico…
            Sin ser tan tajantes no queda muy lejos y yo mismo he vivido el tiempo  en que se confirmaba la asistencia a cualquier tipo de evento sin necesidad de los dispositivos móviles actuales, con varios días de antelación y desde luego sin confirmar horas antes  que el compromiso seguía vigente
Quizás por el mismo motivo que no necesito saber para qué le guardo desde hace meses tapones de plástico a mi madre, pues me basta saber que me dijo que  le importaba para colaborar con un acto benéfico que desconozco….
            Y es que hoy en día tenemos  cantidad de medios para excusarnos a última hora de nuestros compromisos más recientes, pero…

¿Realmente queremos eso?


P.D. A mis amigos, ellos saben por qué.

martes, 27 de marzo de 2012

'De sorbicos de vino estando donde quiero estar.'

Entonces… ¿Vamos ahora?
Mmm no se..
            La verdad es que cada vez nos vemos menos, pues llevamos vidas aunque diferentes, con horarios interminables para ambos. De hecho me tocó madrugar el pasado sábado para salir juntos de excursión al Cabezo Gordo y sus cuevas, pues con un paso del tiempo que no perdona, hacía ya un año de la última que compartimos.
            Me hacía esta pregunta mi gran amigo Perico en el momento del desayuno en un bar de Dolores de Pacheco, al que también habíamos estado a punto de renunciar para reincorporarnos tras la excursión a nuestros respectivos compromisos contraídos para el resto de aquella mañana.
            Habiendo transcurrido meses desde que habíamos comentado la posibilidad de ir juntos a comprar vinos a Bodegas Serrano, perteneciente a nuestro querido Pozo Estrecho, en pleno Campo de Cartagena y finalmente no pude rechazar la proposición de hacerlo el pasado sábado.
           
            Con la ventaja que supone su perfecto conocimiento de las carreteras de servicio de nuestra comarca, en pocos minutos visitamos las bodegas, y no tardamos mucho más en completar la compra de un par de cajas de vino amablemente atendidos por su gerente Manuel.
            Y es que además de la satisfacción conjunta de haber hecho una buena compra, a la vuelta a por mi coche a Dolores de Pacheco, compartimos la opinión del placer que supone disfrutar de una copa de un buen vino con amigos y allegados a los que también les guste.
            De alguna manera, en unos tiempos en los que predomina la inmediatez, querer estar permanentemente comunicado y comunicando o lo que es lo mismo, estar en un lugar pensando en tener que estar en muchos otros, no se me ocurre mejor antídoto que su sorbo de un buen caldo, cerrar los ojos y paladear….

domingo, 15 de enero de 2012

'De noches de apagones y canciones de 'El último de la fila.''

Siendo fiel a mis costumbres, la pasada noche de reyes paseaba tranquilamente por la playa mientras  la masa del que sería mi primer roscón fermentaba en mi casa, bastante más calentita que yo….
Como siempre, y según he contado alguna vez en otras notas, la playa estaba con su preciosa calma cuando en un instante, se produjo un apagón que afectó  a gran parte de los varios kilómetros de playa de Los Alcázares.
Sin otra compañía que la luna en cuarto creciente (creo recordar), comienzo a andar en solitario completamente a oscuras disfrutando de ese mágico momento e intentando comprobar si la contaminación luminosa había disminuido lo suficiente para ver más estrellas de las habituales…
La verdad es que hacía tiempo que no vivía un apagón, lo que me hizo recordar que eran bastante más frecuentes en mi infancia en Pozo Estrecho, donde era habitual tener velas de reserva.  Tengo que decir que me encantaban, y me sentía en medio de un juego cuando aun a oscuras alguna vez me tocó ir tanteando paredes hasta encontrar las velas. Pero lo que más me gustaba, era que sentía que a la luz de las velas, el tiempo se paraba, las conversaciones familiares eran más auténticas, especiales. Lógicamente, puede que estas sensaciones estuvieran solo en mi cabeza, pero la verdad es que me daba cierta desilusión cuando volvía la luz y según mi teoría, el tiempo se ponía de nuevo en marcha.
Y es que no son pocas las veces que pienso que perseguidos por los hombres grises de Momo vivimos demasiado deprisa, seguimos horarios antinaturales, y  le damos más importancia a acumular pertenencias que a ser nosotros mismos, y comparto lo que dice la canción de 'El último de de la fila'  ‘tanto tienes tanto vales, no se puede remediar'.
No son pocas las veces que he fantaseado pensando que me hubiera gustado nacer al menos un siglo antes, aunque en cuanto recupero el sentido común, me doy cuenta de que idealizo otras épocas obviando el hecho de que me ha tocado vivir en un país desarrollado con la mejor cobertura sanitaria y social de la historia (*).
Pero lo que sí es cierto  es que hay fallos en un modelo económico y social que prácticamente se basa únicamente en el aumento indefinido de la riqueza (PIB), y que ya hay movimientos para incorporar otras variables, intentando definir índices más sostenibles que de alguna manera haga replantearnos como sociedad si vamos en el buen camino.
Mientras tanto, los que somos de pulsaciones bajas, seguiremos fantaseando con huir a una aldea, abrir una casa rural y plantar tomates…


Un abrazo.
Santi.
(*) Para los más curiosos, os enlazo una animación del desarrollo del PIB per cápita, en los últimos 200 años, donde podéis seleccionar naciones, ver sus aumentos de población, los efectos de las guerras…

domingo, 27 de noviembre de 2011

´La bolsica de alcachofas.'

            Supongo que ser nieto de agricultores sin tierra, y criarte en una pedanía en medio del Campo de Cartagena marca para siempre, y en mi caso, entiendo que felízmente.
            En un pueblo pequeño como mi querido Pozo Estrecho, el reducido círculo de vecinos con el que tu familia entabla amistad, con el paso de los años pasa a formar parte de ella.
            La verdad es que hace ya tiempo que no vivo allí pero recuerdo con mucho cariño aquellos sábados en los que me despertaba no muy tarde y al llegar aun con legañas a la cocina a desayunar no había ni silla por la cantidad de allegados que espontáneamente se había pasado a compartir ese momento con nosotros.
Tampoco era raro que alguno de ellos trajera bollos o pan para el desayuno, algún embutido, un trozo de algún bicho recién matado o cualquier tipo de verdura; y mi madre a su vez les daba algo de lo que había recibido el día anterior de otros familiares o amigos.
             Pudiera parecer que esto es algo similar al trueque, en cuyo caso si finalmente nos echan del euro, en mi pueblo llevaríamos ventaja para subsistir, pero la verdad es que nadie daba nada esperando recibir algo a cambio, todo era fruto de una costumbre de toda la vida…
            En este sentido, lo de la verdura siempre me ha hecho especial gracia, y con frecuencia he presumido en ciudad, de que en los pueblos compramos poca verdura, pues con éste sistema de ir dando de lo que tienes, hemos ido comiendo (incluso engordando algún kilillo de más algunos, pero no será de la verdura supongo), pues nunca han faltado en casa melones, sandías, naranjas, lechugas, etc.
Tampoco era raro llegar a la entrada de casa a veces y encontrarte colgada en el pomo de la puerta un bolsica de alcachofas de alguien que pasó a darla en persona y no nos encontró, o que alguna vecina trajera un plato de comida de lo que había cocinado ese día, o el último postre que había preparado para que lo probásemos.
            Debido a todas estas cosas que he vivido en casa, y en el pueblo en general, puedo decir con orgullo que tengo una suerte enorme de haber sido educado de esta manera, a compartir lo que tengo, a disfrutar dando.
Recuerdo con mucho cariño por ejemplo, los años buenos de la construcción, en que llegaba a casa con tres o cuatro lotes de navidad, y me juntaba con mi madre y mi hermana para agruparlo todo con sus respectivas cestas, reorganizarlo en nuevos paquetes para después en los días siguientes regalarlos casi todos.
Vienen años difíciles y además del dinero ‘negro’ conocido por todos, hay algo que hasta ahora está manteniendo la cohesión social, y es sin duda la solidaridad de las familias, que para mí, echando la vista atrás, no es otra que la bolsica de alcachofas…

            P.D. Los galileos, con nuestra particular idiosincrasia, preferimos el término de origen árabe alcauciles, al igual que usamos con frecuencia para otras verduras los términos pésoles, o bajocas, por ejemplo. Tenía que decirlo.

domingo, 9 de octubre de 2011

¿Por qué debería ir al 30594?

(Nota : 4 años más tarde el incombustible Ignacio Sánchez, nuestro Kiki, vuelve a la carga con otra edición del 30594 Festival, con la mísma ilusión, las mismas ganas, y cómo no, el mismo mérito. Además de melómano, es todo un  filántropo  y le deseo la mayor de las afluencias. Espero que el próximo sábado saque cinco minuticos para tomarse una cerve conmigo.)



Los que más me conocéis sabéis que ir a festivales y conciertos me gusta casi tanto como dar a conocer mi querido Pozo Estrecho, cuyos vecinos, como los de la aldea de Asterix ( por cierto ellos eran galos y nosotros galileos…….), somos pocos pero inquietos……….., sobre todo en lo que a cultura y fiestas se refiere.

De hecho como comentaba hace poco en un cartel, junto al festival 30594, tenemos ciclo de teatro, fiestas de San Fulgencio, fiestas de Campo Música y Flores, haloween, cruces de mayo, jornadas gastronómicas, mercadillo navideño, vaya, que ya solo nos queda traer los San Fermines ( con perdón por los eventos que seguro que me dejo)......

Así que el hecho, de que hace ya unos años, mi inseparable compi de conciertos Kiki, se echara la manta a la cabeza y montara un festival para nosotros me parece además de encomiable, todo un lujazo que no hay que desperdiciar.

Como os podéis imaginar, al partir de una iniciativa exclusivamente privada, este buen hombre y toda la gente que le apoya, han tenido que currar muchísimo para buscar todo tipo de financiación con la mera ilusión de poder realizarlo.

Siendo consciente de la información de los grupos del cartel la tenéis tan sólo aun click, no me enrollo mucho más, y espero veros allí a muchos de vosotros, y será señal de que 30594 podrá volver a repetirse……….

Un abrazo. Santi.