domingo, 28 de octubre de 2012

¿Alguna idea?

            Aunque suelo ver poco la tele, reconozco que no me desagradan una serie de canales que están proliferando e incluyen una variada programación de documentales de todo tipo.
            Por esa faceta mía de cocinero (o repostero) frustrado, los que más me gustan son los de cocina, pero también hay algunos vinculados al mundo de la construcción que no están nada mal.
En estos últimos no es nada extraño contemplar tanto el desarrollo de grandes infraestructuras (en las que por cierto, las empresas españolas destacan a nivel mundial), como visitar casas de ensueño con un entorno, diseño y materiales tan sólo al alcance de unos pocos privilegiados.
Os comento esto porque estos programas (con ciertos matices, cómo no) me parecen una buen manera de acercar mi sector al gran público, a falta de esas series tan surrealistas de otras profesiones como puedan ser las de hospitales o bufetes de abogados.
Cómo os podréis imaginar si habéis visto alguno, la casuística al abordar la construcción de un proyecto singular es elevada, pues pueden aparecer todo tipo de condicionantes que se alejen de lo habitual, en tanto su diseño, los materiales o usos tengan una componente innovadora.
Fue en los años previos a la crisis cuando planificando construir uno de estos últimos comentaba con el arquitecto:
-‘La verdad es que tu diseño es genial. Qué pena no tener más presupuesto para hacerlo más espectacular.’
-‘No te creas. Muchas veces nos escudamos en el dinero como excusa. Tener dinero ilimitado no necesariamente daría los mejores proyectos. Anularía parte del ingenio, la creatividad.’
La verdad es que no me dijo nada nuevo, pero a lo largo de los meses siguientes tuve la oportunidad de participar en el proceso creativo del  aquel proyecto poniendo en práctica  esta premisa, y os puedo decir que con verdadera voluntad de colaboración, eliminando prejuicios, y perdiendo el miedo a equivocarse se pueden hacer realidad grandes proyectos tanto profesionales en esta caso particular, como también personales en general.
Y es que últimamente se  comenta en muchos ámbitos que hacen falta nuevas ideas que nos saquen de la crisis, y me apena que  a diferencia de otros países, en el nuestro apenas se forme a profesionales en la rama técnica de la creatividad, ni en la universidad ni en la empresa privada.


Y es que además del famosísimo ‘Brainstorming.’ existen multitud de técnicas de creatividad (como puedan ser SCAMPER,  la Sinéctica, Reversal, Seis Sombreros, los Mapas Mentales, etc), que pueden ser de tremenda utilidad en la generación de nuevas soluciones a nuevos problemas, cuando nuestra experiencia en resolución de problemas anteriores se nos queda escasa…
Así que, si  de la misma manera que nos parece natural que alguien que dibuja bien perfeccione su técnica en clases de pintura o estudiando bellas Artes, o que un buen cocinero pase por una escuela de hostelería...
¿Creemos que otra vez la célebre inventiva española por si sola nos sacará de ésta?

domingo, 21 de octubre de 2012

'De canciones de Julio y ese aire fresco que tanto te gusta.'

Posiblemente no tenía ni los veinte cumplidos cuando ya me gustaban las pelis de treintañeros.
Y es que,  a lo largo de los años he disfrutado mucho esas tramas en las que un puñado de amigos de dicha edad iban desgranando sus miedos, ilusiones, decepciones, nostalgias e incertidumbres en general.
Me gusta citar como ejemplos del género: ‘Las razones de mis amigos.’, ‘El principio de Arquímedes.’ o ‘Marta y alrededores.’  obras siempre con el trasfondo de la pérdida de la juventud y el alejamiento de los sueños. Aquellos últimos que,  aunque aun todavía presentes en el otro extremo de una palanca imaginaria, son más difíciles de alzar debido al punto de apoyo que se nos acerca atraído por la rutina y el peso de las circunstancias cotidianas.
Sin embargo aunque ahora que he llegado a la edad de los protas de algunas de estas películas puedo por mi propia experiencia vital apreciar mejor aquellos sentimientos, lo que más noto pese a que a veces me fastidie, es el peso de lo relativo. O dicho de otra manera, ya no tengo una visión maniquea de la vida. Hace tiempo que los blancos y negros fueron dando paso a una enorme variedad de grises.
Lo explicaba magníficamente Carmen Posadas en una de sus columnas dominicales, comentando cómo una de sus amigas aplicaba en sus relaciones personales ‘la teoría de Julio Iglesias’ según la cual no hay por qué ir encasillando a las personas que vamos conociendo, pues todos reaccionamos de manera cambiante ante entornos cambiantes como en la célebre canción del cantante ‘ a veces tú, a veces yo….a veces sí, a veces no …’.
Y es que si hasta para diseñar ese aparato de tu casa que te da ese fresquico que tanto te gusta, aparentemente cuadriculados ingenieros y matemáticos aplicaron algo llamado lógica difusa, flexibilizando con ello los criterios por los que se enciende y se apaga en función del rango de temperaturas exterior, ¿no obtendríamos nosotros mismos mejores resultados en nuestros retos cotidianos  personalizando los criterios por los que aceptamos o reprobamos una gran variedad de hechos y personas?

Bueno, os dejo, voy a apagar el aire…
Santi.

miércoles, 3 de octubre de 2012

'' De días luminosos y tramas predecibles.''

Tal vez sea cierto aquello que dicen algunos que en determinadas actividades creativas, como pueda ser el cine, pese a la ingente creación de obras, apenas se innova con argumentos realmente originales, ideas novedosas que llamen la atención por sí mismas en vez de guiones rodeados de quiebros argumentales tremendamente artificiosos…
Quizás por ello, como aficionado al séptimo arte, me gustan dos tipos de películas con independencia del género. En primer lugar, lo que más me atrapa de una trama  es no conocer su desenlace casi desde su comienzo; y si no puede ser, pues me conformo con que sea verosímil o al menos coherente, aunque sea de marcianitos….
En este sentido y como he comentado alguna vez por aquí, también como fiel asistente a la gran pantalla de la última comedia romántica de turno, a estos argumentos les pido lo mísmo. Así que últimamente casi me atrae más la comedia dramática, pues supongo que es uno de los géneros que más se puede parecer a la vida, al menos a la de la gente corriente, como es mi caso.
Os cuento este pequeño rollo introductorio porque el pasado sábado, tal y como los propios protagonistas se habían encargado de hacer saber con especial difusión en las redes sociales (‘29S’), se casaban mis primos Carmen y Jose.
Bueno, primos en el sentido de los pueblos, o sea que tu primo además del hijo de tus tíos puede ser un familiar de hasta grado séptimo, y ni siquiera es necesario que los implicados recuerden exactamente el parentesco, basta con que se acepte de mutuo acuerdo entre las partes ser ‘primos’ y ya por no hacer falta, ni es necesario llamarse por nombre de pila.
En este caso el parentesco si es conocido por ambos y casi casi somos primos según la definición de la RAE, comemos juntos por la pascua y todas esas cosas, así que les tengo mucho cariño.
Me alegro por ello que tras las trágicas tormentas del pasado viernes, el sábado nos hiciera un día fantástico, y pudieran disfrutar de una jornada inolvidable con sus familias y amigos…
A lo largo de los últimos años he asistido a muchas bodas, a veces cerca, otras lejos, en diferentes días y horarios, unas numerosas, otras no tanto; y además de la invitación en un lugar reservado en casa, me gusta quedarme con un recuerdo especial de cada una de ellas.
Aunque la totalidad de la boda fue especialmente alegre y emotiva a la vez, si tuviera que elegir un momento de la de Carmen y Jose, nunca olvidaré ‘29S: La película.’ Y es que unos días antes en exteriores de nuestra comarca mis queridos primos tuvieron el valor de sentarse cada uno en solitario delante de una cámara y hablar con total sinceridad de su historia, y aunque en este caso particular conocía el desenlace desde el principio, gustándome las tramas reales, sus palabras naturales y nerviosas a la vez, ante el objetivo fueron sencillamente de Óscar.

¡Besos y abrazos primos!