domingo, 21 de octubre de 2012

'De canciones de Julio y ese aire fresco que tanto te gusta.'

Posiblemente no tenía ni los veinte cumplidos cuando ya me gustaban las pelis de treintañeros.
Y es que,  a lo largo de los años he disfrutado mucho esas tramas en las que un puñado de amigos de dicha edad iban desgranando sus miedos, ilusiones, decepciones, nostalgias e incertidumbres en general.
Me gusta citar como ejemplos del género: ‘Las razones de mis amigos.’, ‘El principio de Arquímedes.’ o ‘Marta y alrededores.’  obras siempre con el trasfondo de la pérdida de la juventud y el alejamiento de los sueños. Aquellos últimos que,  aunque aun todavía presentes en el otro extremo de una palanca imaginaria, son más difíciles de alzar debido al punto de apoyo que se nos acerca atraído por la rutina y el peso de las circunstancias cotidianas.
Sin embargo aunque ahora que he llegado a la edad de los protas de algunas de estas películas puedo por mi propia experiencia vital apreciar mejor aquellos sentimientos, lo que más noto pese a que a veces me fastidie, es el peso de lo relativo. O dicho de otra manera, ya no tengo una visión maniquea de la vida. Hace tiempo que los blancos y negros fueron dando paso a una enorme variedad de grises.
Lo explicaba magníficamente Carmen Posadas en una de sus columnas dominicales, comentando cómo una de sus amigas aplicaba en sus relaciones personales ‘la teoría de Julio Iglesias’ según la cual no hay por qué ir encasillando a las personas que vamos conociendo, pues todos reaccionamos de manera cambiante ante entornos cambiantes como en la célebre canción del cantante ‘ a veces tú, a veces yo….a veces sí, a veces no …’.
Y es que si hasta para diseñar ese aparato de tu casa que te da ese fresquico que tanto te gusta, aparentemente cuadriculados ingenieros y matemáticos aplicaron algo llamado lógica difusa, flexibilizando con ello los criterios por los que se enciende y se apaga en función del rango de temperaturas exterior, ¿no obtendríamos nosotros mismos mejores resultados en nuestros retos cotidianos  personalizando los criterios por los que aceptamos o reprobamos una gran variedad de hechos y personas?

Bueno, os dejo, voy a apagar el aire…
Santi.

5 comentarios:

  1. ¡Con lo pequeño que eres y lo listo que eres! Gracias por recordarme que existe algo que se llama flexibilidad... Beso, Eva

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  2. A ver amiga:

    En cuanto a lo de pequeño, la verdad es que todos los años pido por reyes medir 1,85, días de 27h y que la cerveza y el helado no engorden... Pero no ha habido suerte. Me tengo que conformar con mi 1,70 con zapatos.

    Y lo de listo.... supongo que lo sería si siguiera las pautas de los que escribo, pero como cualquier españolito medio, la coherencia no es uno de mis fuertes.
    Besico. Santi.

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    1. Joooooooooooooo,¡y yo que pensaba que habia encontrado al gurú español en la provincia de Murcia! Otro beso, Eva

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  3. Ya era hora de poder leerte algo. Estoy con Eva en lo de listo. Me ha gustado esta última entrada, quizás por mi realidad vital, metida en los 30, que pena más grande.

    Recuerda que es bueno trabajar, solo para vivir,... y que es tiempo bien invertido el perdido en escribir cosas como esta o la otra. O Pintar, o tomar cerveza, o andar o leer o aprender Inglés (nota: yo también estoy aprendiendo inglés desde el lunes y es un rollo) o lo que sea.

    Saludos amigo. Jose Aguilar.

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  4. Hola Pepico:

    Me alegra que te haya gustado, fíjate que la escribí a deshoras y con prisas incitado por algún lector impaciente. ;)

    Con pèrmiso de mi amiga Eva vuelvo a insistir en que listo sería si me aplicara la mitad de lo que escribo. En fin...

    En cuanto a los treinta... ; convendrás conmigo que si le quitas ese puntillo nostálgico noventero que a todos no entra, es una edad genial pues no eres demasiado viejo para estar cascadillo físcamente hablando, ni demasiado joven para carecer de una cierta experiencia, además de unos eurillos en el bolsillo si tercia un gin-tonic en buena compañia.

    Saludos amigo. Santi.

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