domingo, 26 de enero de 2014

'Otra de orquídeas.'


Serán rarezas mías, no sé, pero nunca me ha gustado regalar flores cortadas. Imagino que estoy entregando belleza sin vida, bien conservada, pero inerte al fin. Prefiero entregarlas en su maceta, dejando su destino a  la dedicación y lo acertado de los cuidados de su nuevo poseedor.
Sintiendo especial predilección por ellas, aún esperando ser sorprendido por otra especie, ayer prácticamente sabía de antemano al cruzar la puerta de la floristería que acabaría comprando orquídeas.
Habiendo entrado poco antes de las dos de la tarde, fui el último cliente de la semana en un local prácticamente vacío, a excepción de la joven dependienta junto al mostrador y un señor mayor acomodado en un banco modelo romántico situado enfrente.
Acudió enseguida a atenderme la chica, y tras aclararle que quería  una maceta con flores no tardó en enseñarme varias, entre ellas las orquídeas con especial entusiasmo. Sin pensarlo mucho, elegí una con dos ejemplares plagados de flores malvas.
Me acerqué tranquilamente a pagar al mostrador y el señor desde el banco, tras preguntar a la que resultó ser su hija por los colores del papel de regalo del envoltorio del regalo que con tanto entusiasmo estaba componiendo, me comentó:
-          Las orquídeas son las flores estrella en los últimos años, han desbancado a todas las demás. Llevo veinticinco años en la floricultura y ahora son las flores más pedidas.
-          Mmm, no sé, lo desconocía. Son bonitas, me gustan en general desde hace años. También sé que hay variedades como las azules.
-          Sí, las azules, las traemos por encargo, pero no nos gusta venderlas. Son muy caras y además tintadas artificialmente, por lo cual estamos vendiendo una planta envenenada, enferma, y se lo advertimos a los clientes…. ¿Tienes cinco minutos?
-  Mmmm sí bueno (dudé, pero en cualquier caso, su hija seguía aplicadísima haciendo superposiciones de papeles decorativos, film transparente, un lazo…).
-          Hace veinticinco o treinta años, cuando los sueldos eran de treinta mil pesetas, las orquídeas se vendían por unidad de flor y valían seis mil pesetas. En aquella época se reproducían a partir de la división del tallo. Ahora, con el cultivo in vitro, han bajado muchísimo de precio y son las flores más vendidas. Pero supongo que en poco tiempo, un año y medio quizás, aparecerá otra especie que la sustituya…..
-      Eso pasa con todo, siempre aparecen nuevos productos (la hija a punto de acabar sonreía oyendo la conversación).
Rebosante de nuevos conocimientos sobre la especie, ya dispuesto a pagar, me preguntó el señor que si conocía los cuidados. Ante cuatro ojos pendientes de mi respuesta, sabía que los segundos jugaban en mi contra, como así fue…
Comenzaron a explicarme entre ambos y quitándose de una manera  absolutamente entrañable la palabra para asegurarse de que por nada del mundo saliera yo de la tienda sin conocer los cuidados básicos de aquellas plantas de las que con tanta admiración me hablaban. Entre perplejo y por qué no decirlo, algo estresado, llegué  a dudar entre darme rápidamente por enterado o reconocer sinceramente que me estaban confundiendo con tanto entusiasmo y sobredosis de información. Conmovido por semejante amor a su profesión, elegí lo segundo….
Con la noción del tiempo perdida hacía bastante, finalmente crucé la puerta abrumado por la responsabilidad de transmitir correctamente todo lo que me habían dicho.
Sólo tenía ganas de llegar al coche cuando me sorprendió una fuerte ventolera que a punto estuvo de destrozar mis preciosas flores.
Tras haber ensayado todos los ángulos posibles de avance haciendo yo de parapeto de mi maceta, no pude evitar a mitad de acera girarme de nuevo hacia la tienda.
A unos veinte metros, la chica me observaba a través de la puerta de cristal.
Lo sabía…

domingo, 12 de enero de 2014

'Compartiendo literatura: Diez obras que recordaré.'

            Ayer leía en el muro de facebook un amigo uno de estos textos en cadena en el que se etiquetaba a diez amigos y se animaba a continuar la cadena a los etiquetados.
               
Básicamente el etiquetado, sin pensarlo mucho, tenía que hacer la lista de diez obras literarias que le hubieran marcado, ya fuera por su calidad general, su argumento, trama, por el momento de su vida en que la leyó o simplemente por lo que pudieran significar algunos de sus párrafos. Por supuesto, no tenían que ser grandes obras, pero sí importantes para el etiquetado.
               
 No me pude resistir a hacer mi lista mental, y como sabéis que me encanta hablar de libros con aquellos amigos con los que comparto mi pasión por la literatura, enseguida me puse también a hacer mi lista mental de los diez de vosotros a los que iba a etiquetar, con la única intención de que alguno os animarais a compartir vuestra lista, o al menos a charlar un poco de vuestras novelas favoritas por cualquiera de los medios que internet ofrece.
               
Bien, tras pensarlo un poco prefiero no etiquetaros, entre otras cosas, porque a algunos sé que nos os gusta, y además tampoco os conocéis entre todos, pero sin embargo, no me quedo con las ganas de compartir con vosotros una lista, aun dejándome muchas,  de diez obras que por muy diversos motivos he disfrutado muchísimo:

1.    ‘1984.’ – George Orwell
2.    ‘Ensayo sobre la ceguera.’ – José Saramago
3.    ‘El camino.’ – Miguel Delibes
4.    ‘La sonrisa etrusca.’ – José Luis Sampedro
5.    ‘El juego del ángel.’ – Carlos Ruiz Zafón
6.    ‘Al sur de la frontera, al oeste del sol.’ – Haruki Murakami
7.    ‘El banquete.’ – Platón
8.    ‘El amor en los tiempos del cólera.’ – Gabriel García Márquez.
9.    ‘El último encuentro.’ – Sándor Márai
10. ‘El jugador.’ – Fiódor Dostoievski

Me encantaría que aportarais la vuestra o al menos comentarais cualquier obra que os haya apasionado.