lunes, 21 de mayo de 2012

'Liberando recuerdos: Arqueología de congelador.'

           Algo parecido a una conjunción astral ocurre cuando tengo una tarde libre entre semana como la de hoy, y la verdad es que  sin pretenderlo, me invade un desasosiego existencial que me provoca hacer cualquier cosa menos pasarla tranquilamente vagueando.
            La inspiración divina me ha venido animándome a hacer algo que llevaba mucho tiempo posponiendo: la limpieza del congelador.
            Y es que cuando una persona como yo, próxima a padecer síndrome de Diógenes, se pone a tirar, lo hace poseído por un impulso radical que sabe que no se repetirá en años. Sin ánimo de entrar en detalles, he ido encontrando congelados que compré antes incluso de mudarme a este dúplex playero al que básicamente vengo a dormir desde 2.008.
            Los que frecuentáis este blog vais conociendo mi propensión a pensar en términos de imágenes, para luego asociarlas muy a mi manera con emociones, ilusiones,  o cualquier cosa que se me pase por la cabeza, generalmente cuando gasto las suelas de mis maltratadas deportivas, allá por el paseo de la playa de los Narejos que tanto me apasiona.
Habrá veces que os parezca que asocio ideas de manera un tanto ‘extraña’, pero esta vez lo he tenido muy fácil: en cada producto que compré y que ahora toca tirar, deposité unas expectativas (una cena, un partido, qué sé yo…) que en algún momento pospuse, pero manteniéndolas a la vez. Por supuesto, para cada una de ellas llegó el punto de no retorno, como el de los objetos que prestas y no recuperas pronto, o de las cartas personales que estribes y no tienes el valor de entregar. Y como todas las ilusiones que se posponen mucho tiempo, llega el día en que toca dejarlas marchar, la mayoría de veces sin pena ni gloria en el momento de hacerlo ( bueno, esto último casi para discutirlo con cervecitas) , pero con tranquilidad de saber que haces lo correcto.
            Aquellos congelados han llegado a la extraña categoría de recuerdos sin haberse cumplido.  A cambio me queda la satisfacción de otros muchos otros sin planear en su día, que me he ido encontrando por aquí superando  con creces a los primeros, y algo más de espacio en mi congelador, al que espero seguir dándole rotación con vosotros.
Un abrazo.
Santi.


martes, 15 de mayo de 2012

''De mentirijillas y talentos ''


      Una de las cosas que más me gusta los fines de semana, sobre todo los domingos, es levantarme no muy tarde, desayunar sin prisa ya acompañado por la radio, y seguir con ella un largo paseo por la playa....

      Durante mi trayecto y lo la largo del programa, siempre descubro alguien o algo interesante, un libro, una peli, un disco.....

       Este fin de semana, en el programa de I.Gemio, entrevistaba al director de cine  Roberto Pérez Toledo  con motivo del estreno de su largometraje ''Seis puntos sobre Enma.'', y la verdad es que al escucharle sentí hacia él simpatía inmediata, y más aún al escuchar que era de mi cosecha, la del 78.

      Me encantó oirle dar unas pinceladas de su vida, con el mismo tono que tendría una charla de cervecitas con un amigo. Cumplir sus sueños no le ha sido fácil, comentaba, así que es todo un ejemplo de ilusión, esfuerzo y superación.

       Aun no he visto la peli (espero hacerlo pronto), pero si he tenido la oportunidad de ver algunos de los numerosos vídeos que tiene colgados en la red, y aquí os dejo un par de youtube.

        Espero que os gusten.






sábado, 12 de mayo de 2012

''De cucarachicas y recuerdos de nuestra esencia.''

‘‘-Si vas al baño no hagas ruido, que mi cucaracha duerme y ha pasado mala noche’’
            Con independencia de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y todavía no he soltado esta frase a ningún amiguete  que haya pasado por casa, quiero recordaros que el asco o miedo que nos puedan provocar estos insectos, como tantas reacciones en nuestra vida, son aprendidos, y en este caso particular por imitación de las personas con las que nos hemos criado.
            Sin ser una excepción a esto último, tengo que decir que me generan cierta admiración estos bichos, debido a  su tremenda capacidad adaptativa a cualquier entorno que incluye resistir altas dosis de radiaciones que para nosotros son letales, por eso no han sido pocas las veces que he bromeado con otros compañeros jóvenes de mi profesión, diciendo que somos un poco cucarachas al haber batallado a diario en muy variadas situaciones cuando hacíamos obras, a veces en lugares muy variopintos.
            Pero en cualquier caso, aunque reconociendo que nuestro entorno pesa como una gran losa sobre nosotros, siempre me ha gustado pensar que hay una parte en nuestro interior, nuestra esencia, que al igual que nuestro ADN, la llevamos dentro desde que nacemos, y se revela cuando comenzamos a hacer lo que realmente nos gusta, con independencia del momento de nuestra vida en que suceda, como si mas que aprender lo que estuviéramos haciendo fuera recordar.

            Y es que por exceso de trabajo y cansancio llevo un mes sin escribir por aquí, y me ha dado tiempo a pensar que al igual que me ocurrió mis primeros años de profesión, en los que por la ilusión de aquella nueva etapa me olvidé un poquico de mi esencia, de mis pasiones, aun incluso algunas todavía por descubrir, una vez recordadas ahora, ya no quiero dejarlas nunca…

Un abrazo.
Santi.
P.D. A colación de este tema, encontrar nuestra felicidad, os dejo un breve resumen del nuevo libro de Manuel Pimentel ‘Decálogo del caminante.’ hecho por él mismo, al que he oído entrevistar hoy en el programa radiofónico de Isabel Gemio.