CANTO A LA MUERTE DE UN CAMPESINO
Madrugada, casi de noche;
como el que busca fortuna,
él cavaba y cavaba
alumbrado por la luna.
Torbellino de ilusiones
abriendo el surco sembraba
¡Cuánto amor pá aquellas plantas!
¡Con qué sudor las regaba!
De su trabajo hizo un culto,
un rito de su cantar,
de la esperanza su fé
y de los frutos su altar.
Muerto el campesino viejo
se rompe la tradición
harta de tanta fortuna
y para honrar su gloria
colgado está el azadón
como espejo de la luna.
Víctor Paredes Jiménez
Me encantó encontrarlo rebuscando por la biblioteca de casa y quería compartirlo.
Descansen en paz.
Bueno. Muy bueno. Ya se de donde te viene el duende cuando escribes.
ResponderEliminarSaludos. Félix.
Gracias de corazón Félix.
EliminarEn casa hay muchas páginas amarillentas, pendientes de leer y revisar.
Poco a poco espero compartir algunos fragmentos.
Saludos. Santi.
Qué maravilla, me encantaría seguir leyendo cosas de tu padre
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