Desde
pequeño siempre me encantaron las revistas y los libros de divulgación
científica, sobre todo los artículos que hablaban de lo extraordinariamente
grande como planetas y galaxias, o de lo increíblemente pequeño como átomos y
quarks.
De esto último, la física
cuántica, intentaba extrapolar algunos fenómenos a la escala de mi mundo y
además de sufrir vértigo mental, ocurrían cosas muy extrañas como en el de
Alicia en el País de las Maravillas. A pesar de ello había ideas que me
parecían muy interesantes como la de que por el simple hecho de contemplar la
realidad, alteramos su estado.
Sin ánimo de confundiros con
ejemplos que os puedan parecer exóticos de lo que comento, hay uno que me gusta
desde hace años: imaginad que tenéis que medir la temperatura del agua de una
piscina con un termómetro convencional. En sentido estricto, lo que vais a
poder medir es una especie de media ponderada entre la temperatura inicial del
termómetro y la del agua. Pensaréis que siendo la masa de agua muy superior a
la del termómetro la diferencia va a ser insignificante y así es, pero imaginad
por un momento que el termómetro es muy
grande, hay poca agua, siendo además las diferencias de temperaturas iniciales considerables.
Las cosas comienzan entonces a distorsionarse más de lo aceptable quizás.
Os comento todo este rollo
introductorio porque en la compleja época que nos está tocando vivir, por primera
vez en la historia tenemos acceso en tiempo real a noticias ocurridas en
cualquier parte del planeta, lo cual presenta no pocas ventajas e
inconvenientes difíciles de digerir con la misma rapidez que se ponen de
manifiesto.
Así, uno de los aspectos positivos
de la tecnología es la posibilidad de denunciar injusticias sociales,
religiosas, políticas o económicas allí dónde suceden, haciendo que algunos de los
colectivos responsables, iluminados por un repentino interés por la ética y la
transparencia hagan acto de contrición y se autoimpongan severos reglamentos
para evitar que determinadas conductas reprobables vuelvan a repetirse.
Sin embargo entiendo también que
al igual que cualquier poder conlleva una responsabilidad, siendo termómetro
virtual de todo cuanto ocurre, los ciudadanos como opinión pública también
tenemos cierta obligación de hacer un ejercicio responsable al dejar constancia
de nuestras opiniones sobre la actualidad, cualesquiera que sean los medios. Más
que nada para evitar una espiral retroalimentada de desinformación, confusión y
caos que en la mayoría de los casos a nadie beneficia por hacer indistinguible
la temperatura de los hechos con la de las opiniones en muchos casos irreflexivas,
destructivas y condenatorias del tipo que sean.
En particular, me refiero a que asumiendo
que la actualidad sucede a un ritmo vertiginoso con una velocidad muy superior
a nuestra capacidad para formarnos una opinión propia de casi cualquier tema,
al menos con ciertos sucesos sensibles deberíamos darnos al menos un par de días para analizar lo que
ocurre. Me incomoda bastante cuando se da un suceso improbable de alto impacto,
contemplar por ejemplo en redes sociales un número ingente de documentos de
opinión claramente sesgados, que no han sido reflexionados (ni en muchos casos
leídos) por quien los comparte. Y es que en el mundo en el que vivimos resulta
infinitamente más fácil suscribir la opinión de un tercero (con independencia
de su rigor) que formarnos la nuestra.
No deberíamos subcontratar
nuestro pensamiento en paquetes completos sesgados como quien se tiene que
llevar los yogures de plátano junto con los de fresa por ser packs indivisibles
en el estante del supermercado.
Pensemos por ejemplo antes de
compartir la información de un tercero sobre algo de rabiosa actualidad (suponiéndola
veraz), si podríamos mantener nuestra opinión dentro de un periodo de tiempo
razonable (por ejemplo un año) con independencia de los hechos que vengan
después y que a buen seguro la pondrán a prueba.
También si en una imaginaria ‘cata
ciega’ de opinión, la mantendríamos o atacaríamos sin saber antes de qué
organización económica, política o religiosa proviene.
O si es suficiente para validarla que se sostenga
una postura parecida en otro país, aunque sea el mismo al que recurrimos para
invalidar otras cuando nos conviene.
Y finalmente si una persona
concreta, o incluso un hecho que implique a muchas, son suficientes para
invalidar una idea.
Fuente Wikipedia
“Las grandes mentes discuten ideas. Las mentes
promedio discuten eventos. Las mentes pequeñas discuten personas” – Eleonor Roosevelt
Muy muy bueno :-)
ResponderEliminarGracias. :)
Eliminar"...acto de constricción..."
ResponderEliminarDespués de leer eso ya no he seguido.
Puedes sustituirlo mentalmente con cualquier verbo que denote obligación autoimpuesta con cierto sarcasmo, más que nada porque en la época de bonanza no recuerdo apenas haber oído hablar de ética ni de transparencia. Gracias por medio leerme. :)
EliminarHola Santi: me alegro de tu '' vuelta al redil'' que ya echaba de menos.
ResponderEliminarRealmente muy interesante lo que has escrito y esta vez sin necesidad de pensármelo ni una vez , estoy totalmente de acuerdo.Es mucho más cómodo subirse al carro de las opiniones de la mayoría que pararte a pensar, a reflexionar e intentar comprender cualquier cuestión y después formar tu propio juicio. Siempre me ha disgustado muchísimo el seguimiento de masas gratuíto y sin ningún provecho para nadie.Sólo dejarse llevar por dejarse llevar.Un abrazo.
carmen P.
Me alegra que te parezca interesante Carmen. Gracias por leerme, aunque cada vez me espacie más. Un abrazo.
EliminarHola Santiago.
ResponderEliminarSoy Silvia la hija de Antonio de Dragados.
Me dice que por lo que ve...no has cambiado y sigues escribiéndote en la mano jejeje
Te manda muchos recuerdos!
(Te he encontrado por casualidad a través de Neli en Google+)
Un saludo
Hola Silvia!
EliminarQué alegría saber de vosotros. Aunque nos vemos menos de lo que me gustaría considero a tu padre un gran amigo y desde luego uno de los mejores compañeros que he tenido en el trabajo desde siempre. Así que también dale muchos recuerdos y dile que espero verle pronto.
También si sigues con Neli dale muchos recuerdos, que además de ser algo durilla era una excelente profe y un encanto. Con ella saqué el B2 y espero algún día volver para conseguir el C1 aunque me cueste alguna que otra bronquilla en inglés de ella. ;)
Saludos.