domingo, 21 de septiembre de 2014

'¿Sólo un juego?'

     Aún con menos tiempo disponible del que me gustaría, llevo un par de años simultaneando la lectura de novelas con la de  ensayos que me ayuden a entender en mundo en el que vivo.

    No sabría concretaros exactamente la temática de algunos, creo más bien que son multidisciplinares, si bien todos suelen incluir entremezcladas ideas filosóficas, sociológicas, antropológicas, económicas y también relacionadas con la psicología e incluso con el marketing.

       El último de los libros de esta temática tan variada con el que estoy es la ‘La tabla rasa.’ (S. Pinker). Debido a su profundidad y extensión, y al escaso tiempo que le dedico, voy más lento de los que me gustaría, pero habiendo pasado  la mitad de sus más de seiscientas páginas os puedo asegurar que es una obra magistral sobre la naturaleza humana, pues recopila, analiza y en algunos casos desmitifica los múltiples puntos de vista que a lo largo de los siglos hasta la actualidad han ido aportando filósofos, antropólogos, economistas, políticos, neurocientíficos e incluso hasta dictadores genocidas.

      Esta mañana leía unas páginas de esta obra sobre el altruismo y me ha llamado la atención como explicaba a través de los estudios de algunos economistas conductuales, algo que muchos de nosotros intuimos y es que la inmensa mayoría de las personas ni somos los egoístas inmorales que comportándose en base a intereses individuales hacen funcionar el mercado estrictamente según oferta y demanda, ni tampoco en el otro extremo encajamos bien en un modelo comunista en el que todo es de todos.

      Lo explicaba con cuatro juegos desarrollados para estos estudios en los que os animo a participar a través de vuestros comentarios:

  1. El juego del Ultimátum: Consigues una gran suma de dinero que debes repartir con otro participante. Puedes repartir a tu criterio pero si el otro rechaza su parte, los dos os quedáis sin nada. ¿Cuánto le darías?
  2. El juego del Dictador: Igual al anterior, pero el otro jugador nada puede hacer ante lo que reciba. ¿Cuánto le darías?
  3.  El juego del Doble ciego del Dictador: Igual que el anterior, pero se esconden las propuestas de muchos jugadores, y ni los organizadores del experimento ni los que reciben saben cuánto ofreció cada uno de ellos ni de quién han de recibir. ¿Cuánto darías?
  4. Finalmente, está el juego del Bien Público: todos los jugadores hacen una aportación anónima y voluntaria a un bote de dinero común; en este caso quien realiza el experimento lo dobla y el bote se reparte a partes iguales entre los participantes, cualquiera que haya sido su aportación. ¿Cuánto aportarías?

 Espero que os hayan parecido interesantes esto juegos, y en función de vuestro interés, en unos días desarrollaría tanto el comportamiento de los participantes en de estos estudios como las  conclusiones académicas a las que se llegaron y las implicaciones sociológicas y políticas que tienen.




EDITADO: Los tres primeros juegos conductuales se podría decir que estudian comportamientos individuales para determinar aspectos concretos en relación con el altruismo a nivel individual.

Así, en el primero de ellos la mayoría de las personas ofrece una cantidad inferior a la mitad, que sería la cantidad que tiene unas posibilidades muy altas de ser aceptada por el contrario. De esa cantidad que ofrece una parte está relacionada con el miedo a ser rechazada por el contrario como represalia por recibir una cantidad sensiblemente  inferior a la que recibió el participante.
Si se descuenta el miedo a la represalia entramos en el segundo juego, en el que el posible receptor no tiene capacidad de decisión alguna y por tanto el jugador tiene control total sobre las consecuencias de su decisión. En este caso y como es de esperar, la cantidad media que se ofrece es  inferior a la primera. De esa parte que se ofrece hay una parte que está relacionada con la imagen que puedan tener de nosotros tanto el entrevistador como el posible receptor.

Finalmente, y ya bajo el anonimato, como es de esperar, se comprueba en los experimentos que las cantidades se reducen drásticamente de media.

Los que separa a esas cantidades de ser cero  está relacionado con nuestro altruismo  podríamos decir ‘natural’o intrínseco.

El último de los juegos tiene una naturaleza algo distinta y tiene que ver con nuestro altruismo pero en relación con la organización social a la que pertenecemos. En este juego la estrategia colectiva óptima es aportar todo lo que tenemos, pues si todos los participantes se comportan igual, se dobla la totalidad de los bienes del conjunto de los participantes.

Sin embargo la estrategia individual óptima es no dar nada y esperar recibir nuestra parte una vez que se doblen las aportaciones de los demás, circunstancia que bajo el anonimato es fácil que se dé. Adicionalmente, la decisión de aportar muy poco sobre lo que se tiene o nada puede obedecer también  a otro enfoque particular en el caso de una persona que posee mucho más dinero que las demás, si lo aporta todo, aun cuando los demás hicieran lo mismo, al recibir su parte de repartir a partes iguales lo doblado entre todos podría recibir menos de lo aportado. Ambas circunstancias podrían explicar por qué en organizaciones sociales incluso con economías muy intervenidas en lo que se refiere a políticas redistributivas de riqueza, las personas ( en su ‘holgazanería social’ según la denominan los psicólogos sociales) no se esfuerzan al máximo (en el juego de la cuerda tiran menos de lo que lo harían individualmente, o ante una ovación pública aplauden con menos gana) con independencia de que tengan mucho o poco.




2 comentarios:

  1. Estimado Santiago, si miedo a caer en la trampa de algún sabio, voy a jugar:


    El juego del Ultimátum:De la gran suma de dinero entregaría al otro participante un mínimo de un 30% del total y un máximo del 50%. Partiendo del mínimo negociaría a ver lo que pasa. Nunca pasaría del 50%.

    El juego del Dictador: Si es una gran cantidad de dinero le entregaría el mínimo del 30%. Es suficiente y con lo restante yo no tendría problemas económicos.

    El juego del Doble ciego del Dictador: El 30%, porque lo entrego convencido de que es justo y me da igual lo que piense el que recibe el premio y el resto.

    Finalmente, está el juego del Bien Público: Bueno, en este caso y teniendo en cuenta que habrá retorno de lo invertido daría un poco más, un 40%, más de esa cantidad es usura al igual que las bases de IRPF que lo superan.

    De todas formas en general he sido bastante generoso. Puede que en un caso real actuara de forma más egoísta.

    Saludos

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    1. Querido Pepe: Como aquí no hay ganadores ni perdedores, de lo que te puedo informar es que tus reacciones ante los tres primeros juegos responden ante el patrón esperable, pues probablemente y como apuntas, tal vez bajo el anonimato tu tercera aportación sería sensiblemente más reducida. Mis respuestas simplificando mucho ante factores que no conozco serían muy similares. Para el cuarto juego no me queda claro si lo entendiste pues tal vez no lo readactara bien. Faltan detalles en el libro sobre este último juego como por ejemplo si los participantes conocen del capital de que dispone el resto. En cualquier caso y con la información que tuviera intentaría aportar lo máximo que pudiera que en el límite,no me hiciera perder sobre lo invertido en el reparto final .
      Un abrazo.

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