domingo, 15 de enero de 2012

'De noches de apagones y canciones de 'El último de la fila.''

Siendo fiel a mis costumbres, la pasada noche de reyes paseaba tranquilamente por la playa mientras  la masa del que sería mi primer roscón fermentaba en mi casa, bastante más calentita que yo….
Como siempre, y según he contado alguna vez en otras notas, la playa estaba con su preciosa calma cuando en un instante, se produjo un apagón que afectó  a gran parte de los varios kilómetros de playa de Los Alcázares.
Sin otra compañía que la luna en cuarto creciente (creo recordar), comienzo a andar en solitario completamente a oscuras disfrutando de ese mágico momento e intentando comprobar si la contaminación luminosa había disminuido lo suficiente para ver más estrellas de las habituales…
La verdad es que hacía tiempo que no vivía un apagón, lo que me hizo recordar que eran bastante más frecuentes en mi infancia en Pozo Estrecho, donde era habitual tener velas de reserva.  Tengo que decir que me encantaban, y me sentía en medio de un juego cuando aun a oscuras alguna vez me tocó ir tanteando paredes hasta encontrar las velas. Pero lo que más me gustaba, era que sentía que a la luz de las velas, el tiempo se paraba, las conversaciones familiares eran más auténticas, especiales. Lógicamente, puede que estas sensaciones estuvieran solo en mi cabeza, pero la verdad es que me daba cierta desilusión cuando volvía la luz y según mi teoría, el tiempo se ponía de nuevo en marcha.
Y es que no son pocas las veces que pienso que perseguidos por los hombres grises de Momo vivimos demasiado deprisa, seguimos horarios antinaturales, y  le damos más importancia a acumular pertenencias que a ser nosotros mismos, y comparto lo que dice la canción de 'El último de de la fila'  ‘tanto tienes tanto vales, no se puede remediar'.
No son pocas las veces que he fantaseado pensando que me hubiera gustado nacer al menos un siglo antes, aunque en cuanto recupero el sentido común, me doy cuenta de que idealizo otras épocas obviando el hecho de que me ha tocado vivir en un país desarrollado con la mejor cobertura sanitaria y social de la historia (*).
Pero lo que sí es cierto  es que hay fallos en un modelo económico y social que prácticamente se basa únicamente en el aumento indefinido de la riqueza (PIB), y que ya hay movimientos para incorporar otras variables, intentando definir índices más sostenibles que de alguna manera haga replantearnos como sociedad si vamos en el buen camino.
Mientras tanto, los que somos de pulsaciones bajas, seguiremos fantaseando con huir a una aldea, abrir una casa rural y plantar tomates…


Un abrazo.
Santi.
(*) Para los más curiosos, os enlazo una animación del desarrollo del PIB per cápita, en los últimos 200 años, donde podéis seleccionar naciones, ver sus aumentos de población, los efectos de las guerras…

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