martes, 3 de enero de 2012

'De Noches de Reyes y viejos tebeos..'

Probablemente con más carbón para algunos, y quizás también con los sacos de regalos algo mermados respecto de otros años, pero todo parece indicar que como manda la tradición Sus Majestades los Reyes de Oriente vuelven a visitarnos en breve…
Como a cualquier zagalico de ahora, la Noche de Reyes me mantenía en vela ilusionado por recibir mis regalos, y recuerdo vivídamente de algunos años el momento concreto en que los abría con el corazón en vilo hasta comprobar que los reyes de nuevo se habían portado bien conmigo.
Es ahora cuando pongo la vista atrás, y siento un agradecimiento infinito a Sus Majestades, que durante años se preocuparon de que no me faltara de nada pero que a la vez no me dedicara a ir por la vida almacenando objetos sin apenas usarlos, además de por mí, por los otros niños que por muy diferentes causas no tenían la oportunidad de visitar…
Aunque evidentemente el carácter también influye en ello, la verdad es que lo aprendido aquellos años me ha hecho tener mucho desapego por acumular pertenencias.
Así que en general si preveo que voy a usar poco algo directamente evito adquirirlo, con independencia de que posteriormente me guste acumular cacharros y recuerdos de una manera casi enfermiza
Como aplicación práctica de esta forma de entender el consumo, por ejemplo, de pequeñico combinaba mi afición a los tebeos con la optimizar mi inversión en los mísmos dedicándome a cambiar los que ya había leído por otros usados sin leer en un quiosquilo de la feria de Los Alcázares muy cercano a nuestra casa de veraneo.

Y es que el estoico quiosquero (Paco creo recordar que se llamaba) era capaz de aguantar hasta casi media hora repasando tebeos de páginas amarillentas y quebradizas a chavales como yo por unas tarifas que iban desde los dos duros para los comics de pequeño formato, como el Don Miki por ejemplo, hasta los cinco duros ( de los de la Colección Olé ), pasando por los tres duros de los de la Marvel.
No sabría decir cuántos tebeos me leí de esta manera, pero todavía quedarán en la casa de la playa un par de docenas, y la verdad es que no recuerdo que nunca me diera pena desprenderme de alguno de ellos.
Años más tarde y ya de adulto, aprendería también que reflejamos lo que somos en todo lo que hacemos, y que los comics no son una excepción a ésto. Como contrapartida a una mayoría de superhéroes americanos fuertes, inteligentes e intrépidos, salvo honrosas excepciones en los tebeos nacionales de mi infancia predominaban los torpes, pícaros y en general tristes perdedores. La verdad es que da que pensar….
Así que cuando oigo de iniciativas como la excelente bookcrossing, le deseo de corazón toda la suerte del mundo en nuestro país.
 Casi tanta como la que le desearía al optimista emprendedor que establezca un sistema de venta de prensa como el de otros países en el que coges libremente tu periódico y voluntariamente lo pagas en un cacharico destinado a tal efecto. ¿O no?

Un abrazo y espero que los reyes se porten bien con vosotros.
Santi.

6 comentarios:

  1. Ains los tebeos, tu post me ha hecho reflexionar sobre los regalos de reyes (con tres hermanas mayores y parlanchinas la ilusión por "sus majestades" me duró poco) y quitando los juegos reunidos, el monopoly y el trivial, no recuerdo ninguno especialmente, y creo que los recuerdo por la cantidad de momentos en partidas inolvidables que trajeron consigo; pero los tebeos, ains, esos los recuerdo todos a la perfección, todos heredados y amarillos menos el que me compraba mi madre si portaba bien en el médico, de Mortadelo, ELEGIR, eso sí que me hacía ilusión y no reyes.
    Todo lo que me ha removido el post merecía un comentario y no sólo un fav en twitter

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    1. Gracias SIE!! Ilusión me hace a mí encontrarte por aquí.
      Sin duda los tebeos han formado parte de mi infancia, pero sobre todo quería transmitir lo innecesario de acaparar, saber desprenderse... :)
      Y por supuesto que debemos intentar alejarnos de la típica pillería española que no nos lleva a nada bueno..

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  2. Recuerdo con gran cariño el día en el que los reyes pusieron los regalos en fila desde los pies de mi cama hasta el salón, pasando por todo el pasillo. Comenzaba con sacapuntas, goma de borrar, lapices, así, y aumentando de tamaño hasta llegar a un porche 911 tele-dirigido (con cable) en última posición. Recuerdo ir poco a poco viendo la fila y sorprendiéndome a cada paso que daba. Gracias por hacerme revivir el recuerdo.

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    1. Gracias a ti por leerme. Tuve una infancia muy bonita y quería compartir algunas experiencias con vosotros. :)

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  3. Mis recuerdos son entre libros..... por eso sigue gustándome su olor; tan evocador que me remonta a la infancia que nunca abandoné.....sigo siendo niña, no soltaré la mano a la niña que fui y con la que sigo sorprendiéndome día a día......Me gusta saber que hay tanta gente que tampoco abandonó sus niñerías.

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    1. Y a mi Nieves me alegra que te haya gustado. Bienvenida. En mi infancia también hubo muchos libros con olores y colores de páginas muy diferentes. Gracias por leerme.

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