domingo, 9 de septiembre de 2012

''De abejas geómetras y la hormiga despistada.''

Siempre me he considerado una persona afortunada por tener tanto sensibilidad para apreciar la belleza que encierran ciencias, como la propia para disfrutar de las artes.
En el caso de las primeras además, tantos años de formación imprimen carácter, y si algo me queda de mi carrera técnica es ser bastante maniático en la planificación y la búsqueda de la eficiencia en los procedimientos de desarrollo de cualquier tarea o proyecto en general.
En este sentido, básicamente lo que busco en mi día a día es hacer las tareas planificadas con el menor esfuerzo posible, y dedicar el tiempo que me sobra a mejorar la planificación de las siguientes.
Por ello no son pocas las veces que recuerdo que allá por segundo de carrera estudié que además de las leyes de Newton para determinar las trayectorias de los cuerpos en movimiento, el matemático, físico y astrónomo Lagrange reformuló las leyes del primero en términos de mínima energía, de manera que en esencia y simplificando mucho, los cuerpos (incluyendo los planetas, el agua de la bañera y el balón del hijo de vuestros vecinos) se mueven como menos les cuesta.
Reflexionando sobre esto desde hace mucho, también me maravilla por ejemplo como las admirables abejas, sin haber pasado por escuela secundaria alguna, construyen sus colmenas con hexágonos y las cierran con rombos, de manera que almacenan la máxima cantidad de miel gastando la mínima cantidad de cera en su construcción.


A su vez mis adoradas hormigas, no tienen nada que envidiarles, pues su habilidad para optimizar la búsqueda colectiva de alimento supone un modelo a estudiar en el campo de la inteligencia artificial. En general, en la búsqueda inicial al salir del hormiguero sólo tienen que tardar algo más de lo óptimo algunas de las hormigas que primero salen para que el resto encuentre el camino más corto y en definitiva en este caso, el mejor.
Si sois más aficionados a la  jardinería y tenéis macetas, también es interesante recordaros que sus hojicas crecen según un conocido patrón matemático que optimiza la cantidad global de luz recibida por vuestras plantas.
No quiero aburriros con más ejemplos pero en definitiva, pensando en estas cuestiones es fácil sentirse tentado a pensar que la naturaleza está dotada de una inteligencia colectiva que la orienta a hacer las cosas de la mejor manera posible, aunque a veces se pierda un poco por el camino.
¿Y nosotros? ¿Para qué malgastar tanta energía a veces en hacer lo contrario?
Pues es curioso, pero en contra de la intuición, no es descabellado pensar que a nivel global, estamos mejor que nunca, con unos índices globales de violencia en mínimos históricos, y una esperanza de vida en máximos.
¿Podrían  situaciones indeseables como las guerras o las crisis (como la de nuestro país) ser la de la hormiga despistada?
¿Encontraremos pronto el hormiguero?

6 comentarios:

  1. Inmejorable tu reflexión. ¿Tendrá esto algo que ver con la frase de San Agustín: "El orden conduce a Dios". Saludos Félix.

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  2. Muchas gracias amigo Félix. Para serte franco apenas conozco la filosofía de San Agustín pues lo vimos de pasada y nos centramos en Santo Tomás, pero de lo poco que me queda creo recordar que en parte,hablaba como otros teólogos de la búsqueda de la virtud a nivel individual.

    Yo aquí lo que intento plantear es que de la misma manera que en un bote de arena hay granos sólidos que en su conjunto de comportan como un líquído, de alguna manera misteriosa la naturaleza está orientada hacia la eficiencia, y nosostros queramos o no también lo estamos a nivel global, con independencia de que a corto plazo muchas veces parezca que no.

    Saludos Santi.

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  3. Interesante reflexión. No lo tengo claro, pensaré sobre esto :)
    Gracias

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    1. Yo tampoco amiga. Sólo quería compartir parte de mi desconcierto antes estas cuestiones con vosotros. Gracias a ti por leerme. :)

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  4. Y en eso estamos...en la busqueda de nuestra forma optima de felicidad, igualando a cero la derivada a ver lo que pasa. Y a veces no pasa nada, pero mientras tanto da gusto tomarse un buen Gin Tonic e intentarlo de nuevo.

    Santiago, gracias por pensar.

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  5. Exacto: derivando y a la deriva.....;

    Y si, a pesar de camareras nóveles, tónicas premium escondidas al fondo de la cámara o cuentas incoherentes, hay alguien que siempre prodría tomarse un excelente gin-tonic, ése forzosamente tendrías que ser tú.

    Gracias por leerme.
    No cambies.

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