domingo, 8 de marzo de 2015

'Sobre lo incompleto.'

   Por aquello de recordarme a ‘fanático’, nunca he querido verme como ‘fan’ de nada ni nadie. Interpretando el diccionario a mi manera, prefiero el término ‘apasionado’ para describir aquello que nos hace brillar los ojos o perder la noción del tiempo, ya sea practicándolo o describiéndolo a los sufridos incautos que se nos van cruzando por el camino.

    Muy a mi pesar, con el escritor japonés H. Murakami me estoy acercando peligrosamente a la línea del primer término, y  no me cuesta imaginarme lleno de emoción cargado con más de media docena de libros suyos, para que me los firmara en una hipotética visita suya a alguna feria del libro por nuestro territorio patrio.

    Como me queda poco ya para terminar de leer su obra completa, me raciono bastante sus publicaciones. Muchas veces me las compro y las guardo con celo durante meses para ocasiones especiales como pueda ser un viaje.

    Así, con motivo de una escapadica a San Sebastián el fin de semana pasado, aproveché para llevarme su penúltima (creo) obra, la novela ‘Los años de peregrinación del chico sin color.’. A diferencia de otras creaciones, no es muy extensa y la pude completar en el trayecto de ida y vuelta en tren desde Madrid.
   
A lo largo de sus páginas, presenta gran cantidad de elementos comunes con el resto de su obra, como pueda ser una magnífica tensión narrativa a la hora de resolver enigmas polifacéticos, tramas situadas en distintos escenarios y épocas, o un verdadero deleite hedonista  en placeres simples como la música, la comida o la bebida. Por supuesto, no falta precisión a la hora de describir lo incompleto, como pueda ser amor sin sexo y sexo sin amor.

Sin embargo, y al igual que ocurría con ‘Al Sur de la frontera, al Oeste del Sol, la fusión de lo real y lo fantástico apenas está presente, por lo que permite ponerse en el  lugar del protagonista con mayor intensidad, sentir su soledad, ilusiones, miedos y pasiones de una manera que al menos para mí resulta muy especial.

No me enrollo más, os animo a leerla y os dejo con el música que le da nombre.





 

2 comentarios:

  1. Me parece preciosa la idea de con(jugar) literatura y viaje. Disfrutar de un libro que te gusta al compás de los vaivenes del trayecto, sumergirte en un doble periplo. Complejo y estimulante. Aunque yo no esté en momento Murakami, reconozco que dan ganas de salir corriendo y buscarlo. Gracias una vez más por actualizar tu blog. Raquel

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  2. Me alegra que te guste mi propuesta.
    Gracias a ti por leerme. :)

    Santi.

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