martes, 10 de marzo de 2015

80 / 20



Son muchos los motivos por los que me apasiona un taller de escritura de relatos al que asisto desde hace unos meses y que pronto finalizará.


Entre otras cosas, me ha permitido leer una bibliografía selecta escogida con excelente criterio por mi polifacética profe. También coincidir con buenos compañeros con los que analizarla  y, por supuesto, intentar escribir algún relato decente que compartir con ellos a la vez que vamos leyendo los suyos, que están resultando ser magníficos e inspiradores, todo un ejemplo para esforzarme en mejorar.


Además, si hay algo que le agradezco es asignarme fecha, obligándome a poner literalmente el culo en la silla para preparar algo que leer en clase, volviendo a comprobar empíricamente una vez más el ‘Principio de Pareto’, algo que ya había aplicado para orientar esfuerzos en otros ámbitos de mi vida, especialmente el profesional.


Para los que no la conocéis, fue planteada por el sociólogo, filósofo y economista italiano en términos de porcentajes de distribución de la pertenencia del poder y riqueza en la sociedad (afirma que un 20%  ostenta la posesión del 80%). Sin embargo, de forma más amplia, también se puede resumir de manera coloquial en que el 20% de las causas de algo es el responsable del 80% de los efectos.


Así, con la premisa de que conocemos ese reducido grupo de acciones que origina la mayoría de las consecuencias, podemos obtener un rápido rendimiento en cualquier tarea o proyecto que nos propongamos, ya sea profesional o personal.


Si os parece demasiado abstracto, pensad por ejemplo en lo fácil que es perder los primeros kilos siguiendo un régimen alimenticio  adecuado, dejar de fumar la primera semana, o con el conveniente entrenamiento, mejorar los primeros tiempos cuando se empieza a correr….


Una vez que tenemos una mejora rápida obtenida con un rendimiento excelente en base a un esfuerzo correctamente orientado, nos invade la duda propia de cualquier jugador de casino que ha tenido una buena noche:


¿Cuando paramos?


Salvo que seamos unos optimistas irredentos embaucados por la ingente bibliografía de la psicología positiva (que en muchos casos tanto daño ha hecho), conscientes de que tenemos tiempo y talento limitados, comenzaremos a intuir que el camino que nos queda es mucho más complicado y requiere unas ingentes cantidades de esfuerzo.


Entre otras muchas opciones, algo razonable podría ser quedarse en el tramo inicial de casi todo lo que comenzamos obteniendo éxitos moderados a un coste muy razonable, porque así nos sobrará tiempo para encontrar nuestras verdaderas pasiones, aquello por lo que merezca la pena dejarse la piel por el camino para llegar a lo máximo a lo que podamos aspirar.
 
También habrá quien se machaque por igual en todas y cada una de sus metas, sin valorar demasiado los recursos que va consumiendo por el camino, ni la prioridad relativa de sus potenciales logros.


Me imagino que, tarde o temprano, cada persona encontrará su receta.


¿Y tú, la encontraste?
 







2 comentarios:

  1. Ufff, difícil respuesta. Me parece que poner en práctica la receta en todos los ámbitos de nuestra vida es muy arriesgado. Por ejemplo, a veces nos proponemos conseguir objetivos cuyo coste personal es elevado,pero que, indudablemente, merecen la pena para nosotros. ¿Cómo decidir cuánto es el coste que tendré que utilizar en una relación personal? Por experiencia personal, sé que ese 20/80 queda invalidado ante determinadas variables que no puedes controlar. En lo que te doy la razón es que la presión de tener fechas de entrega de trabajo hace que nos esforcemos y nos limitemos, al menos en el tiempo. En todo caso, algo que creo que es fundamental es poner pasión en aquello en lo que creemos y en aquello que sentimos. Y disfrutar...

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    Respuestas
    1. De eso va el interrogante del dibujo.
      Saber elegir aquello en lo que continuar más allá.
      Disfrutando por supuesto. :)

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