lunes, 24 de junio de 2013

'De sudores fríos y soledades compartidas.'


                 Como la fina piel de una cebolla que cede ante la presión de algún pulgar dubitativo, la atmósfera se deja dominar en el estío por los anticiclones, de manera que durante semanas las predicciones meteorológicas se hacen relativamente monótonas.

                Si te gusta caminar, hacerlo  por localidades playeras puede ser francamente agradable: además del precioso reflejo del sol en las olas, contemplas mosaicos de sombrillas de variados colores y una incesante muchedumbre invade playa, chiringuitos y  el propio paseo marítimo otrora solitario y melancólico.

                Bien hidratado y protegido del sol, tras unos veinte minutos de adaptación, las sensaciones de caminar con paso rápido son francamente agradables, especialmente si a una adecuada respiración le acompaña buena música.

                Sin embargo, cuando más calor hace y más tonificadas sientes las articulaciones, al acompañar al paseo en alguno de su quiebros, una leve brisa  es capaz de helarte el sudor y hacerte sentir extraño por experimentar un escalofrío que te aleja completamente del momento en el que vives, buscando sin éxito entre una multitud de gente alguien que parezca haber notado algo mínimamente parecido. O dicho de una manera, durante unos instantes eternos te sientes verdaderamente solo en medio de una enorme masa imbuida en su incesante rutina.

                Dicen algunos  de los que hablan de la interpretación de los sueños que quienes sueñan con volar, escapan de una realidad que les pesa hacia donde reside su felicidad, pero desconozco qué teorías desarrollan para los que lo hacemos despiertos, al dejar nuestra mente volar mientras reflexionamos sobre temas que nos apasionan.

                Y es que las nuevas tecnologías, especialmente la red, hacen accesibles a una inmensa mayoría temas como por ejemplo nuevas tendencias sociales (*), económicas, o incluso extrapolaciones tecnológicas para el futuro, potenciando a la vez que una gran cantidad de minorías se reúnan en torno a intereses comunes alejando la sensación de incomunicación manifiesta, especialmente entre los de núcleos de poblaciones pequeños.

                Quién sabe, tal vez no volvamos a sentir frío en pleno verano.

2 comentarios:

  1. Me dan cierta envidia tus paseos playeros.Espero que no suban demasiado los termómetros, de verdad que lo espero, el verano es para mí un poco suplicio...entiende que yo no tengo mar cerquita.

    Afortunadamente, creo, el soñar despiertos es cosa de más de los que imaginamos. Tal vez estass tecnologías y sus páginas (blogs incluidos) nos acerquen a otros que, lejanos en geografía, compartan con nosotros algo...sus paseos, sin ir más lejos.

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  2. Hola amiga, me alegra saber de ti y que me leas (que yo también de vez en cuando me paseo por tu blog).
    razón no te falta y eso mismo quería transmitir, somos muchos más de los que pensamos y los blogs por ejemplo, contribuyen a acercarnos.
    Así que de momento, aunque no esté seguro de si paseo para soñar o sueño para pasear seguiré haciéndolo, y de vez en cuando por aquí también.

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